REDES SOCIALES Y VIOLENCIA DE GÉNERO


Por Valeria Schapira Experta en relaciones 
Para Match.com

Solemos asistir en los medios de comunicación a denuncias de violencia de género que, en general, tienen que ver con agresiones físicas. La violencia psicológica es una variable menos visible y menos detectable de maltrato, pero que puede ser tan dañina como los golpes.

Las redes sociales, cuando son mal utilizadas, pueden ser  campo fértil para agresiones de esta índole. Cuando son bien usadas, por el contrario, pueden resultar fundamentales en la asistencia de las personas víctimas de violencia doméstica, y en la denuncia pública de sus casos.

Es importante no caer en la demonización de las redes pero sí conocer los peligros que entrañan cuando brindan a un violento una “herramienta“  de poder sutil e invasiva  contra su víctima. 

El auge de las nuevas tecnologías ha propiciado nuevas formas de violencia que muchas veces comienzan de manera imperceptible y van in crescendo si no se las denuncia o no se les pone fin de algún modo. Muchas mujeres – y también hombres – sufren el acoso o el control de otras personas a través de su teléfono, una red, etc.  Para quien padece de celos enfermizos controlar a su actual o ex compañero virtualmente puede convertirse en una conducta compulsiva que deja atrapada emocionalmente al receptor de la misma.
Si no se detiene a tiempo al acoso online, éste puede terminar en una situación de grave estrés para su receptor o, peor aún, de violencia física.


Hay  situación de acoso o violencia virtual cuando:

  • No hay “registro” de que el otro no desea tener más contacto persistiéndose en la  conducta invasiva, haciendo caso omiso a advertencias, bloqueos, etc.
  • Existe violación a la intimidad por medio del hackeo, la suplantación de identidad, el robo de datos personales, el contacto insistente con el entorno de la víctima, etc.
  • Se difama, ofende o ridiculiza a la otra persona por medio de posteos tendientes a desacreditarla, agresiones virtuales, comentarios ofensivos, manipulación de sus datos personales, etc.
  • Se intenta generar un daño a la reputación de ese hombre o de esa mujer o generarle presión psicológica.
  • Hay hostigamiento, amenaza o persecución por medio del envío de mensajes intimidatorios, por ejemplo.
  • Existe chantaje emocional. Una de las variables más nuevas de esta conducta es la “sextorsión”,  en la que un individuo es amenazado con la publicación de imágenes íntimas, videos sexuales, etc. que generalmente han sido compartidas previamente por medio del sexting. Quien recibe estas amenazas suele ser presionado con la difusión de estas fotos o videos si no responde de una manera determinada.


Cuando de vínculos sentimentales y vida online  se trata, es importante diferenciar lo que es una red social de un sitio de citas. Las redes son comunidades virtuales en las que los usuarios registrados interactúan con otros usuarios con los que tienen afinidad o vínculos en común.

Los sitios de citas son portales en las que las personas buscan pareja por afinidad. Se basan en algoritmos de coincidencia y sistemas de filtros de búsqueda.  A diferencia de las redes sociales, quienes se registran en un portal de encuentros lo hacen con la finalidad específica de buscar pareja. Los mismos funcionan por suscripción y las posibilidades de ser acosado a través de ellos son mínimas debido a los exhaustivos controles internos que tienen estos portales.

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