Llega la noche de Año Nuevo, la noche en la que tenemos nuevas expectativas, celebramos la posibilidad de un nuevo renacer y dejar atrás lo que se va junto con el año.
En el momento mágico del brindis no hay nada imposible, nos invade la emoción del ruido del tapón del corcho al saltar, el sonido de las burbujas en el vaso, el sonido del cristal de las copas al chocar, todo este conjunto de cosas, que forman parte inseparable del ritual de cada Noche Vieja.
En este día tan especial, el vino espumoso es el principal actor ya su alrededor, surgen buenos deseos, propósitos y alegría para todos aquellos que lo beben y brindan con él.
Recuerda que para tener una agradable degustación, el vino espumoso debe servirse frío (entre 4 y 6 °C);para enfriarlo lo ideal es colocarlo en una hielera que tenga agua con hielos(que cubra lo más posible la botella) y una vez abierta la botella, deberá permanecer en la hielera para que mantenga su temperatura. La copa ideal para servir un vino espumoso es la copa flauta (copa más delgada que la utilizada para vino blanco o tinto), con la intención de contener y apreciar de mejor forma sus burbujas.
Para acompañar esas copas de champagne, nada mejor que un buen queso. Según el tipo y la textura del queso, el champán es capaz de aportarle matices diferentes. Así, los de textura blanda o semiblanda y de intenso sabor como, por ejemplo el camembert o el brie, suelen ser realzados; los de cabra,de media curación, ganan frescura mientras que realzan el aroma del champán; y los quesos duros y muy curados, como por ejemplo el parmesano, hacen un acorde muy armónico.
Le Fromager(by Sabor y Carácter)
Marche Dumas
(Alejandro Dumas 125, Polanco)
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